Diversidad de opiniones ante la puesta en marcha de la Desaladora de Torrevieja

La Desaladora de Torrevieja, una de las obras más polémicas de la ciudad, debería comenzar a funcionar en la primera mitad de 2013, según anunció el pasado otoño Acuamed, la entidad estatal que tiene depositadas las competencias de la misma. No obstante, son múltiples las opiniones que ha generado esta planta, considerada la de mayor tamaño de toda Europa, tanto acerca de su utilidad como sobre la fecha de su puesta en marcha. Si bien la multinacional de servicios profesionales y auditoría KPMG, con presencia en más de 150 países, escogió el pasado noviembre esta desalinizadora como uno de los cien proyectos de infraestructuras más innovadores e inspiradores del mundo, junto con la denominada Ciudad Inteligente de Barcelona, la opinión de los políticos locales presenta muchos matices al respecto.

Los partidos locales

Por su parte, Joaquín Albaladejo, portavoz del PP local, asegura que “la desaladora es como el Aeropuerto de Castellón, pero del PSOE y de Zapatero. El precio del agua, para consumo y regadío, triplicará su precio normal, de forma que es complicado pensar que los regantes la vayan a querer. Solo hay que preguntárselo a los agricultores de la Vega Baja”. Domingo Soler, portavoz de Alternativa Popular de Torrevieja, asevera que “la electricidad ha subido tanto que nadie querrá pagar el precio que tendrá el metro cúbico de agua. Además ahora mismo los pantanos están bastante llenos, con lo cual no hay tanta prisa en ponerla en funcionamiento. La desaladora podría ser útil llegado el caso, pero una vez puesta en marcha ya no se puede parar, y si el agua que genera es demasiado cara y nadie la compra, lo que se generarán son pérdidas y pérdidas”. El punto de vista de Ángel Sáez portavoz socialista local, consiste en que “Israel es una potencia agrícola y no tiene agua, lo cual puede servir para reflexionar. Hay que tener en cuenta que la desaladora no contamina, y garantiza agua para siempre, aunque es cierto que necesita mucha energía. Aunque haya llovido mucho últimamente, hay que tener en cuenta que, cuando haya sequía, el agua será un bien tan preciado que no le podremos ni poner precio. De hecho, por algo dicen que la Tercera Guerra mundial no será por el petróleo, sino por el agua, aludiendo a su valor, lógicamente”. Por su parte, José Manuel Dolón, de Los Verdes, entiende que “con un año hídrico como el que hemos tenido, es normal que no se ponga en funcionamiento, ya que la cuenca del Segura tiene reservas. Otro tema es que la compañía Acciona, a la que Acuamed le ha cedido la gestión, la ponga en marcha ya o no, porque a día de hoy no hay extrema necesidad de agua. Pero no hay que olvidar que los ciclos de sequía suelen ser más amplios que los de lluvias, y tarde o temprano el agua volverá a escasear”.

Planta en tierra firme y cajón en el litoral torrevejense

La desalinizadora fue un proyecto auspiciado por el Ministerio de Medio Ambiente bajo el mandato del partido socialista, con el objetivo de producir 80 hectómetros anuales de recursos hídricos tanto para riego como consumo humano. Comenzó a construirse en 2007, y aunque la planta está ubicada en tierra firme, entre la N 332 y el Hospital de Torrevieja, es muy llamativa la figura en el litoral del Cajón de Toma, una estructura de hormigón armado de 3.700 toneladas de peso, con más de 50,7 metros de largo por 10,6 de ancho, y una altura que supera los 13 metros en su punto más alto. En concreto, en la planta de Torrevieja se invirtieron 260 millones de Euros, mientras que en para construir la que hay en Mutxamel, también en la provincia de Alicante, se destinaron 57 millones. Aunque la fecha de la puesta en marcha de la de Torrevieja no está clara, lo cierto es que la ciudad sí se está empezando a beneficiar de las diversas obras de compensación, con cargo a los fondos estatales, que se están ejecutando en varias fases, siendo una de ellas la reurbanización del barrio de San Roque.

Fuente: http://www.hoytorrevieja.es